Imágenes de la Plantación Forestal del 13 de marzo organizada por ubuverde, Fundación Oxígeno y el Ayuntamiento de Melgar de Fernamental.
Imágenes de la Plaza de España en el Día Internacional de la Mujer
He descubierto, por la lectura del libro “Fuentes para el estudio de la imprenta en Burgos”, que tenemos un paisano, llamado Alonso de Melgar, que participó en la implantación de la imprenta en Burgos en los años finales del siglo XV y principios del siglo XVI, junto a Fadrique de Basilea, llamado el Alemán, por su procedencia de la ciudad de Basilea (Alemania). Este se instaló en Burgos y fue la primera imprenta que hubo en Burgos, hacia 1.480. Como es sabido, la imprenta las inventó Gutenberg en 1.442.
Burgos, entonces "Cabeza de Castilla, prima voce et fide" era una ciudad muy importante, en el comercio y la cultura y, por ello, fué centro de atracción para muchísimas personas, arte, comercio, etc. Por tanto, puede añadir a sus numerosos títulos el de “Prima in Littera Impresa”.
Alonso de Melgar era oriundo de Melgar, en aquella época centro especializado en la fabricación de herramientas y utillaje de hierro, y realizó su aprendizaje en el taller de imprenta de Fadrique de Basilea del que llegó a ser oficial mayor. La imprenta estaba en las escalinatas, enfrente de la catedral, que suben a la iglesia de San Nicolás de Bari. En la fachada de las casas hay un rótulo que lo dice.
Apenas se sabe nada de su vida anterior. Lo primero que se conoce es que, en septiembre de 1.517, figura como testigo en la aceptación de su maestro para la impresión de las obras del Tostado (el abulense conocido por su abundante literatura y de ahí el dicho "escribes más que el Tostado"), a solicitud de los reyes. También con fecha 4 de septiembre de ese mismo año, figura como yerno de Fadrique Biel (Fadrique de Basilea el Alemán). Se casó con la hija del dueño de la imprenta, Isabel de Basilea, en el verano de 1.517 y, a partir de ello, se produjo un cambio de titularidad progresivo de la imprenta, asumiendo la responsabilidad Alonso de Melgar, aunque no como consecuencia del fallecimiento de Fadrique, que no se produjo hasta finales de 1.518 o principios de 1.519.
Este proceso dió lugar a la desaparición del nombre del maestro en los colofones (final del texto del libro, en el que se hacen constar el nombre de impresor y la fecha y lugar de impresión) en la primera mitad de 1.518, afianzándose en el verano de ese año y coincidiendo con el nacimiento del primer hijo del matrimonio. Así, 21 28 de agosto, en la impresión del libro "Tractatus sacerdotales de ecclesiasticis sacramentis”, de Nicolás de Plove, aparece ya explícitamente a expensas de Alonso de Melgar. Acompaño una copia de un colofón con su nombre.
A partir de ese momento. Alonso de Melgar irrumpe con fuerza en la escena editorial castellana y su producción puede calificarse de abundante. Fueron setenta y siete las ediciones que publicó en los escasos ocho años en los que dirigió el taller de imprenta antes de su fallecimiento.
Se caracterizó por su preferencia por la literatura en castellano y con ello contribuyó a la expansión del castellano. Tenía especial interés por la literatura de creación, que representa aproximadamente el 45 por ciento de sus impresiones: Retoma autores y libros que habían sido tradicionales en la historia de la imprenta, sin olvidarse de la impresión de pliegos sueltos en verso y obras teatrales.
Otra faceta destacable es su participación en el intento de conseguir la exclusiva en la edición de textos legales, intento que se vió reforzado con la edición de las Ordenanzas Reales, Las leyes de Hermandad y las Leyes de Toro. La celebración de las Cortes de Valladolid del año 1.523 le dio la oportunidad de hacerse con el negocio de la publicación de los cuadernos de peticiones y de las leyes con las disposiciones en ellas establecidas.
Es evidente que Alonso de Melgar fue un personaje relevante en aquella época, para Burgos y para Melgar.
Fuente de la noticia: Carmelo Martín Gómez
El Instituto Provincial para el Deporte y Juventud de Burgos convoca la “X Bienal de Pintura y Escultura Deportiva” cuyo principal cometido es apoyar y fomentar las iniciativas artísticas de los jóvenes. Podrán participar todos los artistas que lo deseen, nacionales o extranjeros domiciliados en España, con edades comprendidas entre 16 y 35 años, ambos inclusive a fecha de 31 de diciembre de 2021.
Los premios después de impuestos serán:
- 1º premio: 6.000 euros
- 2º premio: 4.000 euros
- 3º premio: 2.000 euros
Las solicitudes se podrán enviar hasta el 21 de Mayo de 2021.
Los peques de la Guardería Municipal y lo no tan peques del Colegio "Domingo Viejo" han tomado la Plaza disfrazados celebrando el Carnaval.
Para participar hay que mandar una foto de convivientes disfrazados.
¡Vigilad el fondo de la foto! Se valorará junto a los disfraces.
Fecha final de envíos el 16 de febrero al correo electrónico: info@melgardefernamental.es
5 premios de 100 € para gastar en establecimientos de la Villa.
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La afición por la etimología y la toponimia de Rodrigo González le llevan a localizar, siguiendo otros 'melgares', una ruta anterior a la jacobea que concluye en Vigo y que, como Julio Verne, sitúa al frente de la mítica isla.
Como en el juego de la oca, que muchos relacionan con el Camino de Santiago, Rodrigo González Castro ha ido tirando porque le toca mientras avanzaba entre localidades y pueblos con la misma raíz etimológica que Melgar de Fernamental, de donde procede. Empezó buscando pueblos con el mismo nombre, de ahí a otros que compartieran la raíz, como Melgosa, y siguiendo la huella de otros melgares desaparecidos. Mientras los unía en el mapa se dio cuenta de que estaban alineados. Así que siguió juntando aquellos puntos por todo el país y el viejo continente.
«Al darme cuenta de que los topónimos desembocan en el Atlántico supuse que sería una ruta hacia el ocaso, un camino de las estrellas similar al de Santiago, pero que en este caso llega hasta Vigo», resume Rodrigo González, cuyas averiguaciones las ha plasmado en el libro La rutaMelkart.
Que la meta fuera Vigo le descuadró hasta que encontró en un libro de arqueología que allí hay una isla con un templo dedicado al dios fenicio Melkart -el mismo que el Heracles griego o el Hércules romano-, dios que comparte raíz con Melgar puesto que la ‘k’ y la ‘g’ en toponimia son equivalentes. «Era demasiada casualidad», subraya.
Con esas pistas, más que seguir a un dios lo que Rodrigo González cree es que esta ruta fue anterior al Camino de Santiago, como mínimo del siglo V a.C., y que tenía como sentido seguir a la Vía Láctea, el camino de las estrellas, como la Ruta Jacobea. Se vale para defenderlo de la raíz indoeuropea de la palabra ‘leche’ (melg o melk) y por eso titula a su libro La ruta Melkart.
Pero ahí no acaba todo. Hay investigadores que sostienen que el destino del Camino de Santiago, ese ocaso del sol o fin de la tierra, era la Atlántida, mítica isla que Platón sitúa «más allá de las columnas de Hércules», que desapareció en el mar y de la que se lleva especulando toda la vida.
Una conjetura más es la que defiende González y que comparte nada menos que con Julio Verne, quien en 20.000 leguas de viaje submarino sitúa a la Atlátida «cerca de Vigo». El autor burgalés localiza las columnas de Hércules en las islas Cíes «ysi hacemos caso a Platón, la Atlántida estaría justo después. Puede ser una tierra sumergida o podría ser América», añade deseando que otros continúen tirando del hilo.
Fuente de la noticia y fotografía: Diario de Burgos